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Misión, un estilo de vida.

“Cuando el fuego del amor se enciende, no encuentra sitio en el corazón, sino que se propaga fuera de él, enciende, devora, atrae a otros corazones” (san Maximiliano Kolbe).

¡Hola! ¿Cómo estás? Quería compartir con vos mi experiencia misionera. Soy Natalia Salgueiro, laica consagrada.


Para mí la misión es un estilo de vida, una manera concreta de vivir el evangelio, anunciando y siendo testigo del mensaje de Jesús. Es una experiencia de vida que nace de un encuentro profundo con El, que llena tanto la vida que no puedo hacer otra cosa que comunicarlo y hacer que otras personas puedan conocerlo y tener su propia experiencia. Me encontré con una persona que cambió mi vida totalmente, que me llamó, me eligió y me envió para llevar su mensaje a todos. La noticia más grande que alguien puede recibir: que tenemos un Padre Dios que nos creó por amor y dio la vida por nosotros, que somos amados profundamente, así como somos y que nos quiere felices. Nos regala su Vida en abundancia, nos asegura su compañía siempre y en todo momento, que camina con nosotros en nuestro caminar.





Me llena de alegría compartir con los demás la fe, la vida, unos mates, la oración, la Palabra de Dios, un almuerzo o una cena, etc. Y fue justamente en una misión al sur de nuestro país que nació mi vocación, la entrega de mi vida de lleno a la misión en un Instituto secular, Misioneras de la Inmaculada Padre Kolbe, cuyo carisma es mariano, misionero al estilo de la espiritualidad de san Maximiliano Kolbe.


Descubrí en mi vocación consagrada misionera una manera concreta de vivir mi vida de todos los días de la mano de María. Consagrada a Dios para ser en la iglesia y en el mundo una presencia mariana y misionera. Recibí a María como un don de Jesús, viviendo mi entrega total a ella para colaborar con ella en su misión materna. Vivir dentro de la historia, al lado de cada persona, siendo partícipe de su vida y de sus anhelos, buscando de promover lo bueno, lo verdadero, lo bello que son un signo y reflejo de la presencia de Dios.


Durante mucho tiempo el Señor me regaló el vivir misionando en diferentes lugares del interior de Buenos Aires y en otras provincias, visitando las familias.

Hoy mi misión la vivo en comunidad, en Villa Ballester, en la vida de todos los días, trabajando en casa donde me dedico a anunciar esta buena noticia a través de los medios de comunicación: con la edición de una revista, María Misionera, libros, folletos, ¡todo un desafío! Acompañando a mi familia cuando necesita. También preparando material de animación y encuentros marianos, en el acompañamiento y en la escucha. Colaborando con la ACA y la pastoral vocacional a nivel diocesano y en un grupo de animación bíblica parroquial. Queriendo ser presencia de María en lo que vivo, en lo que hago, en lo que digo, saliendo de mi zona de confort y estar al servicio del otro.


En medio de esta situación que estamos viviendo, de desconcierto, incertidumbre, donde de un día para el otro el coronavirus nos cambió (literalmente) la vida, siento que el desafío misionero es acompañar y simplemente estar. Me siento comprometida a ser “presencia” de esperanza, de solidaridad, saliendo al encuentro y haciéndome cargo del hermano, de la hermana que necesita allí donde está.


Le pido al Señor que podamos aprovechar esta crisis para salir de nosotros mismos, renovar nuestra vocación misionera, replantearnos nuestra misión si es necesario y podamos dar el salto “de calidad” para hacer de nuestra vida un don para los demás.

Que María, primera misionera nos regale la confianza y el coraje y nos dé un corazón misionero, donde haya lugar para todos y nadie quede afuera.

Natalia Salgueiro

Laica Consagrada

Misionera de la Inmaculada del Padre Kolbe

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1 Comment


stellarodri33
stellarodri33
Oct 13, 2020

Gracias Naty...muy lindo tu testimonio!!! un abrazo y unidas en la oración y el recuerdo fraterno

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